Para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, es decir, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos. (1 Corintios 8:6)
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Necesitamos sentirnos cómodos con Dios. No quiero decir que deberíamos ser irrespetuosos, sino que no debemos temerle. en efecto, yo creo que el gran llamado de la vida de cada creyente es disfrutar de Dios.
Somos llamados a disfrutar al Padre porque Él es la vida, y no podemos disfrutar verdaderamente la vida si no disfrutamos de Dios.
A veces no disfrutamos la presencia de Dios porque estamos envueltos en servirle, descubriendo qué talentos tenemos, y pasando todo nuestro tiempo trabajando en nuestro ministerio.
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Tenemos que tener cuidado cuando comencemos a sentirnos orgullosos de nosotros mismos por todas las cosas que estamos haciendo. Eso no es lo que Dios busca. Como nuestro Padre, solo quiere que le conozcamos y lo disfrutemos. Así que déjame preguntarte, ¿estás orgulloso de tus obras de hoy? O ¿realmente disfrutas a Dios?