Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. (Mateo 7:7)
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¿Has estado orando sobre una situación en tu vida y te has visto a la espera de un cambio? ¿Te estás preguntando por qué la respuesta no ha llegado todavía? ¿Sientes que la victoria pasa por un lado tuyo?
A veces cuando oramos larga y duramente sobre una situación en nuestras vidas sin recibir ninguna respuesta, solo aprendemos a vivir con ello. Continuamos con nuestros problemas preguntándonos si Dios enviará la respuesta. Pero Dios sí oye esas oraciones, y Él está obrando en nuestra petición, incluso no sabiendo todos los detalles. Nuestra situación puede cambiar de repente, rápidamente, ¡sin previo aviso!
Hasta entonces podemos esperar pasivamente o con expectativa. Una persona pasiva se da por vencida, pero la persona con expectativa por otro lado está esperanzada, creyendo que la respuesta está a la vuelta de la esquina, que llegará en cualquier momento. Su creencia no es una cosa pasiva. Su corazón está lleno de esperanza, esperando que su problema sea resuelto en cualquier momento. Él se despierta todas las mañanas esperando encontrar su respuesta. Él puede esperar y esperar, pero él seguirá pidiendo hasta que de repente, Dios le da vuelta a todo.
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Palabra Diaria: Señor, enséñame a esperar con expectativa, no pasivamente, confiando en Tus planes y pensamientos que son los más altos. Te seguiré pidiendo por mi cambio, sabiendo muy bien que lo traerás en el momento correcto.