Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria. (Salmos 73:24)
Señor, que los ruidos del mundo no me impidan escuchar Tu voz de bien, que mis ocupaciones diarias no me distraigan de buscar siempre encontrarme en Tu presencia y que las luchas y barreras que deba sobrellevar no me hagan desistir del plan que has diseñado para mi. Que Tus manos guíen cada una de las acciones y pasos que emprenda, Padre, de forma que pueda mantenerme siempre en las sendas de Tu voluntad.
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