Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2 Corintios 12:10)
Cuando seas probado en la adversidad, serás testimonio, siempre que mantengas tu fe, del magnífico poder de Dios ante cualquier situación. Nuestras debilidades nos permiten ver que El Señor es, y será siempre, nuestra mayor fortaleza.
Señor, apartado de Ti, me siento débil y vacío. Con Tu compañía, por el contrario, tengo plena confianza en la victoria. Que pueda Padre, en la adversidad, encontrarte y ser testimonio de Tu grandioso poder, hoy y siempre.
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