“Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza” (Salmos 46:1-3)
Señor, concédeme el valor para sobreponerme al miedo y la angustia que encuentro en las cosas que se escapan de mi control. Fortalece mi fe para confiar en que ellas están bajo Tu cuidado, de forma que pueda continuar en el camino de abundancia y vida, que tienes planeado para aquellos que Te buscan y Te siguen. Amén.
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