Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias. El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende. (Salmos 34:6-7)
Señor, gracias por este nuevo día que me has regalado y por la plena confianza de saber que cuidas de mi. Aunque el tamaño de la adversidad parezca un gigante invencible, no temo, porque se que con Tu mayor poder me defenderás y me permitirás descansar, cuando mis fuerzas ya no sean suficientes para llevar esas cargas.
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