Salmos 66:20
Bendito sea Dios, Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.
Bendito sea Dios, Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.
En el día de mi angustia te llamaré, Porque tú me respondes.
Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré.
Entonces clamaron a Jehová en su angustia, Y los libró de sus aflicciones.
Desde la angustia invoqué a JAH, Y me respondió JAH, poniéndome en lugar espacioso.
Ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá.
Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.