Palabras:
“Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino” (Salmos 119:105)
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Cuando intentamos comunicarnos, olvidamos muchas veces que oír es diferente a escuchar. Cuando escuchamos, expresamos: “Lo que te sucede es importante para mí”. A veces, las personas quieren un consejo, pero a menudo, lo único que necesitan es que alguien que las ama y se preocupa por ellas las escuche.
Oír significa la percepción del sonido de la voz, a través de las palabras, mientras que escuchar implica poner total atención en el mensaje que recibimos para interpretarlo, recordarlo y razonar sobre El.
Dios se comunica con nosotros de diferentes maneras, pero en muchas ocasiones oímos y no escuchamos o vemos pero no observamos con total atención sus señales y mensajes.
Ante cada situación que hoy te encuentres, hazte sensible a la voz del Señor, ante el encuentro con una persona inesperada, ante una prueba con la que El Padre desee fortalecer tu fe, ante una bendición que te recuerde lo infinito de su gracia. En todo ello, mantente atento a la voz de Dios.
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Oración:
Señor, dame un corazón amoroso y un oído atento, ayúdame a vivir cercano a Tu presencia, alerta a tus señales y sensible al sonido de Tu voz. Quiero seguirte, obedeciendo el camino que me labras a través de Tu palabra. Amen