Cambió la tempestad en calma y las olas del mar callaron. Entonces se alegraron porque {las olas} se habían aquietado, y El los guió al puerto anhelado. (Salmos 107:29-30)
Señor, ayúdame a reconocer todas aquellas áreas de mi vida que han escapado de mi control, y que no me permiten avanzar hacia el plan que tienes para mí. Que puedan encontrar la forma de llenar esos vacíos, consciente de que al hacerlo, podré disfrutar en mayor medida, de todas las bendiciones que sólo Tu puedes darme.
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