Palabra:
Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. (Marcos 10:51)
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Muchas veces podemos perdernos sin llegar a ninguna parte, parece que estuvieramos caminando en círculos, volviendo de un problema a otro parecido, repitiendo los mismos errores. A pesar de orar con fe, recaemos y no vemos salida, pero olvidamos lo que pudiera ser la causa principal de todo: En realidad casi nunca sabemos qué pedir.
Abra su Biblia en Marcos capítulo 10, y verá lo que quiero decir. Bartimeo el ciego estaba sentado junto al camino mendigando cuando Jesús pasaba: “Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: !Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!… Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús… Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino” (versículos 47, 50-52).
Ahora quiero que piense en algo por un momento. Bartimeo no sólo era ciego,sino mendigo, Pero lo que él necesitaba era la vista. Si podía volver a ver, todo lo demás se arreglaría. Bartimeo sabía eso; por tanto, cuando Jesús le dijo: “Bartimeo, ¿qué quieres que te haga?”, él sabía exactamente lo que iba a pedir, y lo recibió.
Hoy Jesús desea socorrerle como lo hizo con Bartimeo y proveerle de lo que usted necesita. Pero, ¿sabe usted qué pedir? Piénselo bien, luego ore. Pídale al Señor que le abra los ojos y le muestre lo que usted en realidad necesita. Cuando lo haga, sus oraciones adquirirán una nueva dimensión: en vez de tocar superficialmente sus problemas, irán directamente al grano y los resolverán, y usted no tendrá que desperdiciar más su vida dando vueltas sin sentido.
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Oración:
Señor, dame la sabiduría pedirte lo que realmente necesito, y no lo que pienso que requiero, de manera que pueda caminar hacia Tu voluntad. Amén.