23 de Enero: La Economía del Cielo

Palabra:

“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19)

[adinserter name=”Block 2″]

Si a pesar de todas las promesas de la Biblia acerca de la prosperidad… y de todas las oraciones que hayas hecho, todavía tienes problemas económicos, considera lo siguiente: “¿De dónde crees que Dios obtendrá los recursos para suplir tus necesidades?”

Muchos creyentes limitan a Dios, aun sin darse cuenta, cuando fijan los ojos en los recursos limitados del mundo, en lugar de hacerlo en las riquezas ilimitadas del reino de Dios. Les falta fe cuando piensan en los problemas económicos mundiales, la carencia y la escasez. Se preguntan: “¿Cómo me bendecirá el Señor en medio de todo esto?”

Si eso es en lo que has estado pensando, ¡te tengo noticias que te harán cambiar de opinión!

La Biblia dice que Dios «…nos ha librado del poder de la oscuridad y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo» (Colosenses 1:13). Ser trasladado significa ser quitado de un lugar y puesto en otro. En otras palabras, tu ciudadanía no pertenece a este mundo. Tu principal ciudadanía no es la canadiense, la estadounidense o la austríaca, sino la ciudadanía del reino de Dios.

Eso quiere decir que este planeta no tiene derecho a determinar si tus necesidades serán suplidas o no. La Biblia dice que Dios suplirá lo que necesitas conforme a Sus riquezas en gloria (Filipenses 4:19). Tú puedes vivir conforme la economía del cielo, no la del mundo—y en el cielo siempre hay más que suficiente.

Despierta a la abundancia del cielo que te ha sido dada por medio de Jesús. Despierta al hecho de que has sido trasladado de un mundo de pobreza al reino de la prosperidad. Regocíjate, ¡los recursos ilimitados del cielo están a tu disposición!

[adinserter name=”Block 3″]

Oración:

Señor, Conoces las necesidades de mi cuerpo y  mi espíritu. Cada día me guías y al mismo tiempo me provees de la paz y calma para caminar este trayecto que has marcado para mí, conforme a Tu propósito. Gracias por darme sin condiciones, Tu amor y misericordia. Amén