Palabra:
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33)
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Cerca de sus últimas horas en la Tierra, Jesús les compartió algo a sus discípulos (en Juan 14–17) para ayudarlos a entender su muerte y ascensión. Les habló de todas las persecusiones de las que serían objeto por causa de su Fe, de que tendrían sufrimiento y estarían obligados a llevar pesadas cargas, pero que a pesar de ello, encontrarían, confiando en Dios, la fortaleza para superar tales circunstancias apremiantes y “andar sin tropiezos”
Las escrituras, en este sentido, nos brindan una enseñanza fundamental; aquellos unidos en Cristo se sobreponen junto a Él a los más desafiantes de los obstáculos: Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1 Juan 5:4-5). Jesús nos pone en perspectiva para convertirnos en luchadores de fe, cuando nos dice: porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. (1 Juan 4:4). Asimismo el Apóstol Pablo nos exhorta: Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. (Romanos 8:37).
No olvides ante esa gran decepción que has sentido, que Dios reconforta a su pueblo, Él es refugio y calma en tiempos buenos y malos y nadie es más poderoso que Él. Entrégate a Cristo y deja que Él tome control de la situación, con Él al mando, será segura nuestra victoria.
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Oración:
Señor, recibo hoy Tu promesa de paz constante, paz de confort, paz de certeza que ante cualquier situación me acompañas y me guías por los caminos del bien. En el nombre de Jesús, Amén.