Palabra:
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano” (Juan 10:27-28)
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Una de las primeras normas que de nino aprendí en la escuela, era la de escuchar con atención. Y es que saber escuchar constituye uno de los fudnamentos esenciales para una comunicación efectiva y para también cultivar relaciones sólidas y duraderas.
Como en la vida, saber escuchar, es también clave en nuestro caminar diario junto a Dios. ¿Cómo podríamos vivir por su gracia, mantenernos en sus caminos, recibir su paz, sin antes escucharle?. El versículo de hoy nos confirma el fundamento: El buen Pastor dirige a las ovejas “que oyen su voz” a resguardo del enemigo.
De esa forma, mantente atento hoy para escuchar la voz del Señor, porque podría estar háblandote de diferentes maneras, mediante una canción, una oración, bien mediante otras personas o través de una escritura que llegue a ti justo en el instante en el que la necesitabas.
Hazte presto cada día para oír su voz, porque aquellos dispuestos a escucharle, no se alejarán de su presencia jamás y se fortalecerán continuamente en su fe: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17)
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Oración:
Señor, enseñame a escuchar Tu voz que cada día busca alcanzarme, para guiarme por los caminos del bien. Abre mi corazón y mis oidos, de tal manera que pueda entenderte y descubrir cada propósito que me designas, cada rumbo que debo tomar para servirte y glorificarte. Amén.