Palabra:
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19)
El sentido de cuidado de Dios sobre nosotros es infinito, por ello sólo cabe junto a Él, saber que nuestras necesidades materiales y de nuestra alma, serán satisfechas por su enorme misericordia. El Señor provee porque es el deseo profundo de su corazón, lo hace porque esta en su naturaleza ser un dador y amar sin condiciones a cada uno de sus hijos.
Muchas veces nuestras necesidades materiales son ilusorias. Ponemos nuestra atención en los faltantes de nuestra vida, sin darnos cuenta, de como día a día Dios nos suple con lo que requerimos para continuar adelante con el propósito que nos ha encomendado.
De esta reflexión podemos aproximarnos a la manera como Dios nos suple de dos formas: Podemos pedirle el bien sonado, eso que pensamos, en cierto momento, esta cuartando, “en nuestra equivocada concepción” algunas pasrtes de nuestra vida, o podemos por otro lado, agradecerle al Senor sus provisiones diarias, la fuerza que nos brinda para continuar, y ser conscientes
Dios provee a través de nuestras oraciones fieles, los de nuestra familia, amigos e incluso desconocidos. Debemos pedir de acuerdo a Su voluntad y luego comenzar a agradecer a Dios por Sus disposiciones.
Como dicta la palabra: “No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (Mateo 6:25-26)
Semos entonces fieles al Señor y vayamos cada día conscientes que donde El Señor guía, allí también provee.
Oración:
Señor, Conoces las necesidades de mi cuerpo y mi espíritu. Cada día me guías y al mismo tiempo me provees de la paz y calma para caminar este trayecto que has marcado para mí, conforme a Tu propósito. Gracias por darme sin condiciones, Tu amor y misericordia. Amén