Palabra:
“¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones y serán avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo” (1 Pedro 3:13-16)
[adinserter name=”Block 2″]
Una de las formas en las que la maldad se manifiesta en el mundo, es a través de personas que guardan odio oculto en el corazón y que utilizan la palabra como un medio para el engaño y la calumnia. Muchas veces podemos estar rodeados de esas personas y sin darnos cuenta caer ante el desasosiego de sus afirmaciones, siendo víctimas de ellas y llenándonos en consecuencia de impotencia, desespero, rabia y temor.
No obstante El Señor en su palabra nos ofrece la guía para librarnos de tal situación: Si respaldamos con hechos las verdades que otros niegan con malintencionadas palabras, estas últimas no tendrán efecto porque como lo declara la promesa de hoy, quedarán derrotadas al no ser producto de la buena consciencia sino de la crueldad de aquellos que las pronunciaron.
Propongámonos hoy tener pensamientos que beneficien a otros. Respondamos al mal, con el servicio de bien y meditemos en nuestro corazón y nuestra mente lo que pronuncien nuestros labios, para que no surjan de ellos respuestas de calumnia, mentira. Tengamos presente que el acto de bien nacido del corazón, es de Dios y en cualquier circunstancia vencerá al mal nacido del rencor y el odio.
[adinserter name=”Block 3″]
Oración:
Señor, Guárdame de la calumnia y sus efectos, para que no creen en mi resentimiento o ira si llegaran a ocurrir. Libra mi boca de mentiras o falsos testimonios y convierte mis acciones en obras para causar el bien a aquellos que me rodean. Amén