Palabra:
“Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios” (Juan 3:19-21)
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Existen muchas cosas que es mejor realizarlas durante las horas del día. Me di cuenta de esto al vivir más cerca del Ecuador donde los días no son tan largos en el verano, y las noches se mantienen de la misma forma que en el invierno. Apenas despierta el día, las personas se levantan y empiezan a realizar cada actividad, para poder completar lo más que puedan mientras tienen luz.
Cuando hablamos de Dios, su luz se manifiesta en Jesús. Dicha luz se enciende en la oscuridad del mundo convulsionado de hoy y nos brinda con el despertar de un nuevo día la mejor oportunidad para salir de dicha oscuridad y emprender partida a los maravillosos planes que el Señor nos llama a acometer.
Recuerda que a pesar de que a veces, nuestras dificultades, tristezas y pérdidas parecen desdibujar la luz del rostro de Dios. Sin embargo, aun entre esas sombras oscuras, podemos ver pruebas de su presencia a nuestro lado.
Si hoy andamos en sombras, aprovechemos esa caída para con fe levantarnos y redescubrir que la luz de Dios, siempre estará allí para retomar el brillo en nuestro corazón.
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Oración:
Señor, a través de Jesucristo enviaste luz al mundo, y ahora mediante tu presencia brindas luz a mi vida. Continúa sumiendo la oscuridad que nazca en mis días en el brillo de tu amor y misericordia. Amén