Palabra:

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. (Josué 1:9)

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Dwight Eisenhower general de cinco estrellas en el ejército de los Estados Unidos que Sirvió como Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, decía que la estrategia en la batalla era más importante que la solidez de cualquier fuerza armada. El plan correcto, era el camino al resultado correcto.

Josué tuvo que aprender está lección, luego de que fuera escogido por Dios para relevar a Moisés y llevar al pueblo Israelita a la tierra prometida que habían buscado errantes durante 40 años

La primera fortaleza que enfrentaron fue la ciudad de Jericó. Antes de la batalla, Josué vio al “Príncipe del ejército del Señor” (probablemente, el Señor mismo) de pie frente a él, con una espada en su mano. Josué cayó postrado y adoró. En otras palabras, reconoció la grandeza de Dios y su propia debilidad. Luego, preguntó: “¿Qué órdenes tiene mi Señor para este siervo suyo?” (Josué 5:14). La victoria que logró en Jericó se debió a haber seguido las instrucciones de Dios.

Para afrontar nuestras batallas diarias, como Josué, también dependemos del Señor. Por ello acerquémonos a Él con humildad confiando plenamente en su poder y perseveremos constantes, sabiendo que nos acompaña y que junto a Él, paso a paso, no encontraremos metas imposibles de alcanzar.

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Oración:

Señor, dame cada día el aliento para seguirte y avanzar en tu voluntad. Ante los obstáculos fortaléceme y cuando las angustias y el desánimo intenten derrumbarme, ayúdame a recordar, que así como te encontrabas con Josué, también te encuentras conmigo. Amén.